Tomás me dice: “Ayer soñé con vos, algo rarísimo. Estábamos en tu auto, que era una onda futurista que se manejaba solo, entrábamos al shopping por una puerta que no era, y pasaba algo, se desactivaba el piloto automático y vos me decías que lo manejara yo, porque vos todavía no sabías. Pero yo me reía y trataba de explicarte lo extraño que sonaba eso, porque era tu auto.
Cuestión que ahí no pudimos estacionar y decidimos que lo mejor era irnos, pero cuando quisimos salir, el auto no pasaba por ninguna puerta porque era muy grande.
Ahí yo me bajé, incrédulo de lo q estaba pasando, y me acerqué a las puertas para revisar si se habían cerrado. Noté que no se habían movido pero que estaban mas angostas. En ese momento me di vuelta para mirarte y vos estabas arriba de una moto, y el auto no estaba por ningún lado. Vos me mirabas, incrédula, y me decías que tenía que dejar de ver cosas donde no estaban, que eso siempre había sido una moto, que yo la había manejado todo el tiempo y que la sacara de una vez.
Ahí me desperté.”
A lo que respondo: “Uff… que sueño brillante. Lo analizaste?”
Tomás: “Si lo analice bastante y me dio bronca q hasta en los sueños tengas razón jajaja Es terrible, posta. Aparte hace mil años q no recordaba algo q había soñado y me desperté y me acordaba hasta los diálogos increíble”.
Yo: “Contáme que sentís que significa (quiero q lo escribas)…”
Tomás: “Que no complique mas las cosas, que no vea obstáculos donde no hay, que las cosas pueden ser mas sencillas que como yo las veo, que le pongo cualidades y complejidades a cosas que quizás no las tienen y que básicamente me ahogo con un vaso de agua, siempre con el mismo y hago que toda mi vida dependa de eso.
Que puedo ser más feliz si me relajo y dejo de luchar para que todo sea como yo quiero, en vez de aceptar que las cosas son como son y no van a cambiar por más de que me desespere.
Que hay personas como vos q me ayudan a sentirme liviano, como una moto, y no tan pesado como un auto futurista, que en definitiva no sirve para nada, porque por más que lo intente, no entra.”
Yo: “ay que lindo! Aprendiste las cosas que te dije todos estos años!”
Tomás: “Oh my god. You did. You Miyagi-ed me."