Cuando llegás a un lugar nuevo y no conocés a nadie.
Cuando empezás un nuevo trabajo y sentís que no sabés nada.
Cuando arrancás ese curso y sentís que no servís, que todo es difícil y que te cuesta más que al resto entender de qué están hablando.
Cuando empezás una relación, y todavía no están acostumbrados a los tiempos del otro, lo empezás a necesitar y actuás de una manera torpe y atolondrada por inseguridad.
Cuando empezás la universidad, y te parece imposible atravesar todo eso que te falta para cumplir el objetivo.
Hasta que te acostumbrás, y todo se empieza a acomodar, y de a poco, lo que antes parecía imposible, te daba miedo, te paralizaba y asustaba, empieza a tomar color, hasta terminar resultándote algo completamente cotidiano.
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