jueves, 15 de septiembre de 2011

CON AMIGOS COMO ESTOS...

Situación: fiesta. Un chico que me gusta finalmente se acerca, me está sirviendo un trago y coqueteando un rato, cuando mi mejor amigo se acerca y dice: "que linda que estás hoy."

Yo, con cara de tirameabajodeunpuenteymatate, respondo: gracias! Fran, él es mi mejor amigo.

Mi mejor amigo suelta una risa repleta de ironía: mejor amigo… qué aclarás eso? Te estoy arruinando el chamuyo?


GRACIAS…con lo que cuesta comer en esta ciudad vos me venís a arruinar el postre.

martes, 13 de septiembre de 2011

MI OTRA MITAD



Hay gente que se pasa toda una vida buscando su complemento, alguien que lo esuche y lo entienda, que pueda terminar sus frases y que sepa exactamente lo que estás pensando sin siquiera preguntar... basicamente, su otra mitad.

Yo tuve suerte de encontrar la mia en primer año de universidad.


ELLA: me quedé dormida y estoy llegando tarde a la facu. mmmm no, en realidad no llego tarde, pero ya no puedo hacer mis rituales matutinos de tomar café y leer el diario. Y con leer el diario me refiero a twitter y los chismes.

YO: me di cuenta que tenía la remera al revés cuando llegué a casa a las 11 de la noche. Ojalá que nadie se haya dado cuenta! apffff....

Las relaciones son complicadas, pero eso ya lo sabemos. Lo aprendimos la primera vez que nos dejaron, que nos metieron los cuernos, que nos plantaron o que experimentamos la angustia más profunda de un amor no correspondido. Lo aprendimos un viernes a la noche llorando en el taxi de vuelta, o un sábado comiendo bombones, mirando películas y llorando con amigas.

Nuestra generación corre con una desventaja particular a la hora de entablar relaciones, la necesidad absoluta de la inmediatez. Estamos tan mal acostumbrados a tener todo ya, que no logramos amigarnos con la paciencia y terminamos atropellados por nosotros mismos y enroscados en historias poco afortunadas.

Muchas veces la mente nos juega una mala pasada, nos engaña y va más rápido que los sentimientos. Nos hace creer que necesitamos algo con urgencia, cuando en realidad no estamos del todo preparados, sino que, de no ser por esta falsa creencia de ahora o nunca, podríamos esperar y dejar que las cosas se den a su debido tiempo. Pero el cerebro nos envía señales confusas y logra que empecemos a necesitar cosas que ni siquiera conocemos. Queremos. No sabemos bien qué ni cómo lo queremos, pero lo queremos ya.

Esa desesperación por la inmediatez nos genera una ansiedad que termina por opacar todos los placeres y sensaciones que debiéramos tener con los nuevos comienzos.

Cuántas veces me encontré hablando con mi mejor amiga como si yo estuviera enamorada del chico del momento, y hasta creyéndolo. Me pongo mal porque no me llama tanto como quiero, ni me presta toda la atención que creo necesitar. De alguna manera considero que tiene que actuar como si estuviera enamorado de mí, cuando en realidad recién nos estamos conociendo, y de actuar enamorado sin compartir suficiente tiempo, estaría medio loco y sería incoherente. De alguna manera mi cerebro interpreta que lo necesita, pero si lo llegara a recibir, lo percibiría como equivocado, perdería el interés y seguramente saldría corriendo.

Entre todas estas vueltas, a él, sin duda lo perdí en el camino. Es prácticamente imposible que alguien se sienta atraído por un razonamiento tan complicado.

Después de una charla con mi mejor amigo lo entendí. Es todo más simple. Si querés algo, lo tenés que salir a buscar. Si te gusta alguien, conquistalo. Generale ganas de más, empezá de a poco a conocerlo y saber qué le gusta y sorprendelo. Llamá cuando tengas ganas y no te ofendas si un día no puede verte. Date tiempo para probar y fijate si juntos la pasan bien. No esperes que actúe como si estuviera enamorado de vos al mes de conocerte y bajes los brazos si no lo conseguís. Que la ansiedad de querer todo ya no te juegue en contra.

No pienses que un planteo lo va a enamorar o definir, todo lo contrario. Cuanto más te apuren para decidirte por algo, menos ganas vas a tener de ese algo. O peor, podés tomar una decisión apresurada y después arrepentirte. Es preferible un mensajito sincero, con ganas que un gesto mucho más grande pero forzado por un ultimátum.

Lleva tiempo conocer a alguien, empezar a sentirse a gusto con su compañía, abrirse poco a poco y dejar que el otro encuentre un lugar en tu vida. Mucha gente se confunde al creer que una relación puede nacer de un planteo y se olvida de que lo que de verdad vale, son las ganas genuinas que pueda tener la otra persona de compartir. Disfrutá de las mariposas en la panza, pero controlalas, no queremos terremotos que arruinen buenas historias.

lunes, 12 de septiembre de 2011

EMOTIONALLY DAMAGED


"- Why do relationships always start off so fun and then
turn into suck-a-bag-of-dicks?

- You really have to stop buying into this
bullshit Hollywood cliche of true love.

- Shut up, Katherine Heigl! YOU STUPID LIER!

- I'm just gonna work and fuck. Like George Clooney.

- I'm just gonna shut myself down emotionally. Like George Clooney."



I couldn't help but wonder, si todo el tiempo y energía que le dedico a las relaciones se lo dedicara a los negocios, sería ridiculamente millonaria en muy poco tiempo.

SUBITE EL PRECIO.

GHOST TOWN

Primer acto. Un viernes cualquiera, estaba disfrutando mi café de media mañana, cuando suena el timbre de la oficina. Lo veo entrar a él. Impecable grandote de 1,95, morocho, ojos verdes y achinados y una sonrisa completamente encantadora. Se acerca sin dudarlo a mi escritorio, me mira fijo, sonríe y dice: “que linda que estás.” Dejo mi café de lado y lo abrazo como puedo.

Era mi ex, que ahora viene seguido a la Escribanía por asuntos de laburo. Mi mamá reconoce de lejos su voz, sale de su oficina y lo abraza con todo el cariño del mundo. “Se que estás pasando por un momento malo en tu vida pero sabés que podés contar con nosotros cuando lo necesites. Va a estar todo bien. Se va a solucionar todo, confiá en mí.” Así empezó la charla que los tuvo atrapados por una hora.

Hace 5 años que cortamos. Cualquier otra persona probablemente le daría la espalda. Pero así soy yo. No puedo verlo mal y quedarme sentada. Salgo al rescate como puedo y lo ayudo. Porque al fin y al cabo soy una de las pocas personas que lo conocen y que sabe cómo llegar a él en estas situaciones. Así que estoy. Estoy para él como amiga, como persona que lo adora y está eternamente agradecida por los cinco años que pasamos juntos y porque soy consciente de que en este momento, no tiene a nadie más.

Me abraza nuevamente, agradece por todo y se va. Respiro hondo y sigo trabajando.

Segundo acto. 10 de la noche del mismo viernes. No tengo ganas de entrar a este cumpleaños. Simplemente no quiero. Miro el reloj y me digo a mi misma: “12:10 te levantás y te vas de acá”. Entro al cumpleaños de una compañera de la facultad, cena íntima, 12 personas. Ahí sentado estaba él con su novia divina abrazándolo. “OMG hasta él encontró alguien que lo quiera? Apff… pobre mina…” pensé. Pasan los años y todavía me odia por no haberme enamorado de él.

Dos horas esquivando miradas asesinas y sintiendo puñaladas en la nuca fueron suficientes. 12 y 10 cumplí mi promesa y me escapé. Según él, es lo que mejor se hacer.

Este día no puede empeorar, pensé.

Tercer acto. Llegamos con mis amigas a la fiesta. Nos dirigimos directamente a la barra. Ya con unos tragos en la mano y una noche llena de expectativas en la otra, logro distraerme un rato entre risas. Pero el barba, que me mira desde arriba y se ríe, decidió probarme que estaba equivocada, que la noche no sólo podía, sino que iba a empeorar. Esta vez era Ted, parado ahí, como si no me hubiera dejado llorando en una esquina después de decirme que conmigo se casaría y dos días después que no sentía nada por mí. Sonreía impunemente con su cara de “yonofui”, por la que lo dejé de respetar después de la última charla que tuvimos, como si no fuera el mismo hombre que no me podía sacar las manos de encima. Ya son diez las veces que nos encontramos desde esa tarde, pero nuestras miradas nunca más se volvieron a cruzar. Nos saludamos a lo lejos y por respeto a los amigos que tenemos en común.

Todavía afectada por el hecho de que mis amigas estuvieran hablando con Ted, y temiendo que llegara su novia, levanto la mirada y no puedo evitar empezarme a reír. “Come on! Really? Él también? El barba no me debe querer nada.” Pensé.

Había llegado a la fiesta el fantasma que me faltaba. Decí que él es un fantasma amigable a quien quiero mucho y recuerdo con cariño, pero really? Es joda? Me los manda a TODOS, en combo y en un día. La ley de Murphy decidió materializarse en mi noche de viernes. No será demasiado? Alguno más que quiera pasar a saludar?

Claramente mis amigas se estaban riendo a costas mías y disfrutando un poco de esta situación, casi de “mequierocortarlasvenas” que yo estaba experimentando.

“Me debería haber quedado durmiendo en casa, yo lo sabía”, pensé. Y era verdad. No se cómo ni por qué pero Ted terminó bailando toda la noche con nosotras, sin cruzar ni una mirada conmigo, claro, y como si la agonía no hubiera sido suficiente, terminamos desayunando todos juntos. Sentí que mi cabeza estaba a punto de explotar. OMG, really? Mis amigas me están jodiendo? Esa noche no terminaba más.

7 am, 6 personas, un auto. Abro la puerta de atrás y me subo, un amigo y una amiga se suben de mi lado, y veo que Ted entra por el otro, se sube, y en cuanto cierra la puerta se da cuenta que habíamos quedado al lado. Como si una noche ignorándonos no fuera suficientemente incómoda dice en voz alta: “ay, no pensamos muy bien cómo sentarnos no?... por cómo nos tenemos que bajar, digo…”.

Cómo se llama la obra? Ok Murphy, you win.

Me fui a dormir con un gusto amargo. Una de las peores noches de la historia.

Sin embargo, a la mañana siguiente vi todo más claro. Me estaba olvidando de lo más importante: vi a todos mis ex en un día, de golpe y sin pensarlo… y no sentí nada. Un sábado cualquiera, y mientras disfrutaba mi café de media mañana me cayó la ficha. No se cómo, ni cuándo, ni por qué, pero en el camino, me terminé de olvidar de todos mis ex. Me debería considerar afortunada, finalmente los superé.

jueves, 8 de septiembre de 2011

TACTICA Y ESTRATEGIA



Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos

mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos

mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple

mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.