lunes, 21 de diciembre de 2009
QUE SEA LO QUE SEA
Me parece súper curioso cómo ciertas cosas que en algún momento nos parecen imposibles y tan lejanas, en otro momento se convierten en el único camino, el único curso de acción posible.
No necesariamente tienen que ser cosas trascendentales, aunque pueden serlo también. Inconscientemente ni siquiera consideramos esa opción, nos parece incorrecta, difícil o hasta utópica. Sin embargo, no analizamos el por qué nos parece algo tan terrible, simplemente damos por sentado que no podría pasar.
Y de repente, un día, sin darte cuenta de cómo fue ese clic o ese momento clave en el que las cosas cambiaron, eso que creías imposible y que nunca harías, pasa a ser no sólo una opción viable, sino la única opción.
Inconscientemente asumir que tenés que hacer tales materias para la facultad, y ni se te cruza por la cabeza dejar alguna, hasta que un día no sólo se te cruza, sino que pasa a ser LO que tenés que hacer.
Dejarte estar en una relación mediocre o con problemas, sabiendo que no está bien pero automáticamente y por inercia eliminás la idea de terminar todo. No sabés bien por qué, pero cortar es algo que NO podés hacer, y acto seguido lo descartás totalmente. Hasta que llega un día en el que no podés mas con esa angustia que no te das cuenta que venías acumulando. Y ese día te das cuenta de que hay un solo camino: el más difícil, el que cuesta más, el que venías evitando hacía rato.
Es ese sentimiento de que no podés pasar un minuto más así, una sensación de tener que cambiar las cosas urgentemente. Sentís que la única forma de solucionar esto es hacer eso que tanto tiempo temiste, o descartaste sin analizarlo siquiera.
No pretendo llegar a ninguna conclusión con esto, simplemente es algo que noté y que me pareció curioso, parte de la vida y, por ende, irónico.
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