sábado, 27 de marzo de 2010

BLIND LEADING THE BLIND

"I've got a broken heart, and you can't break a broken heart" - Dan Johnston

Después de tantas idas y vueltas, creo que uno se hace inmune a ciertas cosas. Arrancás algo con alguien, pensás que es algo bueno, tienen sus momentos y sus códigos internos que creés que nunca vas a olvidar. En ese momento es todo tan real. pero se termina. Así de rápido como empezó, se archiva. Y pasamos a ser extraños de nuevo. Si te he visto no me acuerdo.

Probablemente las primeras veces llores, lo extrañes y veas su nombre en cada lugar, todas las canciones te hagan acordar a él y la memoria selectiva te haga pensar que nunca más te va a pasar algo así con nadie.

A medida que va pasando el tiempo te das cuenta de que es como un proceso automático. Probás, si no funciona seguís camino: es así de fácil. Es como un código implícito, hoy estoy con vos pero no des nada por sentado porque quizás mañana esté a mil kilómetros tuyo, no literal sino metafóricamente.

Y a medida que vas avanzando en ese proceso automático, te vas haciendo más duro. Te haces tu coraza y no dejás entrar a nadie. O peor, dejás entrar a cualquiera pero dejar entrar ya no significa nada, porque estás tan más allá de todo que te importa muy poco mostrarte como sos, no lo tomás como algo importante.

Ya no llorás si te dejan, o a lo sumo no como lloraste esa primera vez. Ya no te sorprende que esa química que sentiste y que creías mutua en realidad estaba sólo en tu cabeza. Aprendés a aceptar el rechazo y a seguir adelante. Aprendés a incluir y borrar gente de tu vida constantemente sin sentir culpa, porque claro, culpá al juego, no al jugador. No te hacés expectativas ni ilusiones, cada momento puede ser nuestro último momento

Aprendés a no aferrarte, porque cuando el mundo tira para abajo es mejor no estar atado a nada...

2 comentarios:

  1. Ay cómo me viene para este día, este momento...

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  2. Dear you, te hablo con mi corazón un tanto machucado en una mano, y con una historia que me pesa hace un año guardada en la mochila que llevo conmigo a todos lados. Te hablo yo, que después de mi relación de cinco años pensé que no me podía volver a enamorar, y estoy acá, de nuevo enamorada, de nuevo terminando otra relación, pero esta vez sabiendo que me voy a volver a enamorar. Yo, que no lloro nunca, y el viernes me encontré llorando desconsoladamente con vos, como la primera vez. Pensé que la próxima risa iba a tardar días en salir, y ayer me encontré riendo con fuerza y ganas.

    Yo se que hoy sentís que te va a costar abrirte otra vez, que no vas a poder confiar en nadie. Pero te prometo que esta sensación va a durar poco. Hasta que llegue otra persona, te mire, y haga que todo esté mejor. Vas a dejar que entren, vas a volver a aferrarte, vas a volver a llorar por otro hombre y vas a volver a amar, inclusive con más fuerzas de las que amaste anteriormente. Te prometo que tu corazoncito se va a recuperar, más rápido de lo que pensamos. Te prometo que va a llegar alguien que te ablande, y te de el tiempo necesario para curar esos golpecitos que te dejaron las relaciones pasadas. No tengas miedo de entrar en una relación, sino de no poder terminar a tiempo con ella.

    Y hasta que una persona llegue a tu vida para quedarse, enamoráte de una peli, sentí mariposas cuando escuchás esa cancíon que te encanta, cuando lees ese libro que te la sube, cuando un chico te invita a salir y te dice algo lindo o cuando estás con nosotras y te hacemos reír con tanta fuerza, hasta que te duelen los cachetes y se te acalambra la cara y los abdominales.

    Te prometo que todo va a estar mejor y que las cosas que hoy parecen tan graves, en un tiempito pierden importancia.

    M

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