Soñé que me tocabas el timbre en la mitad de la noche. Que me despertaba, te abría la puerta y sin decir ni una palabra me dabas un beso de esos que te dejan temblando durante horas. Que me agarrabas tan fuerte como podías y no parabas hasta sacarme toda la ropa. Soñé que hacíamos el amor como solo nosotros sabemos, y después nos quedábamos mirándonos durante horas. Soñé que nos reíamos de los problemas y nos burlábamos del pasado. Soñé que por una noche, dejábamos el orgullo de lado y tirábamos abajo todas esas paredes que fuimos construyendo con el tiempo. Soñé que nos acostábamos en la alfombra de mi living y nos quedábamos abrazados, mirando la lluvia mientras me tapabas y me acariciabas, hasta que amanecía y decidías prepararme un café con tostadas.
Soñé que nos escapábamos de la realidad por una noche, que todo era simple y que, extrañamente, encontrábamos refugio el uno en el otro.
Soñé que nos escapábamos de la realidad por una noche, que todo era simple y que, extrañamente, encontrábamos refugio el uno en el otro.
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