En mi familia ya es costumbre amanecer con los cumpleañeros. Nos levantamos temprano y, antes de ir a trabajar, tratamos de desayunar todos juntos. Una linda forma de empezar el día con besos, regalos y abrazos de nuestra pequeña multitud.
Esta vez le tocó a mis sobrinos, los mellis. Apenas se despiertan van corriendo a buscarse:
Martu: feliz cumple Lolo.
Lolo: feliz cumple Maltu.
Y se abrazan fuerte.
Lolo nos mira y dice a los gritos con una sonrisa gigante pintada en su cara: Hoy es nuestlo cumple! Cumplimos los dos... CUATLO!
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