viernes, 2 de octubre de 2009

best things in life aren't real things

Una vez salí con un chico que me llevó a cenar a un lugar espectacular, después fuimos al cine y, por último, me trajo a casa.
Otra vez salí con otro chico distinto. Bueno, “salir” es figurativo: nos la pasamos en mi sillón viendo las comedias de Fox y tomando café en saquitos que hice yo, más feo que agua de alcantarilla, riéndonos a más no poder (de las comedias, del café catastrófico, de nosotros)


Hace falta preguntar cuál de las dos citas fue inolvidable?


Si bien el primer plan no tiene defectos, mires por donde lo mires, es el segundo el que me quedó más grabado. Y es que no hay vuelta que darle: por más cliché que suene, “lo que importa es la compañía”. Puedo pasarla bien en un recital de folklore, caminando por Puerto Madero o tirados en el piso comiendo empanadas y resolviendo un crucigrama (miento: odio los crucigramas, sudokus, y todo lo que sea de ese estilo! Cómo puede alguien elegir ese tipo de cosas para recrearse? En fin.). No importa qué hagamos, importa con quién. Hasta la película de terror más trucha es entretenida si la veo con mis amigas comiendo una chocotorta.


Y es que las cosas simples de la vida son las más lindas, y más si están bien compartidas.

1 comentario:

  1. Todos tenemos nuestra pared, pero esta bueno que alguien te mire, te estudie, piense y encuentre la manera de llegar a vos. Que descubra qué te gusta, y que lo haga.
    Basta de salidas predecibles, esas que sabes como van a empezar y como van a terminar. De tener la misma conversación con todos los hombres.
    Hay que jugarsela y hacer algo distinto.

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