Éste es el capitulo en el que Rachel hace de todo para poder pasar unos minutos con Joshua afuera del trabajo. Ella inventa una fiesta de despedida para poder invitarlo. Cuando ve que no logra llamar su atención, se cambia y se pone un vestido un tanto más el escotado. Cuando nada funciona, se viste de porrista (supuestamente su outfit de la suerte) para que la mire, y por supuesto, termina pasando papelones tratando de bailar, porque se cae y se le hincha el labio. Después de todo esto, cuando Joshua está por irse, decide hacerle caso al consejo de Joey y se trata de sacar el corpiño. Todo eso para llamar la atención de Joshua, que desde un principio le avisó que no estaba preparado para tener una relación.
Nos encaprichamos con una persona, y somos capaces de mover cielo y tierra para poder pasar unos minutos con él. Podemos hacer el ridículo en frente de todo el mundo, nos rebajamos, inventamos fiestas, llamamos para consultar cualquier cosa y hasta le ofrecemos ayuda en eso que no tenemos idea de cómo se hace. Perdemos el orgullo y la dignidad, pero no por amor, simplemente por una obsesión.
Cuando algo se nos pone en la cabeza, hacemos todo para conseguirlo. Averiguamos lo necesario para usarlo a favor durante las cortas charlas que compartimos. Memorizamos todas sus fotos de facebook para ver qué hace, qué le gusta y cómo es su vida. Investigamos más de mil veces su lista de amigos, a ver si tenemos gente en común y nos tratamos de aprender sus horarios para saber cuando no nos habla porque no tiene ganas o cuando está verdaderamente ocupado.
Nos emocionamos cada vez que logramos algún tipo de contacto insignificante y tratamos de interpretar cada palabra que nos dice. Identificamos y tratamos de decodificar cada cosa que escuchamos, y podemos interpretar un:
- Sos adorable con un te adoro.
- Hoy a la noche no salgo porque mañana tengo que madrugar, con un esta noche quiero ver una peli abrazado con vos.
- Hablamos con un te llamo.
- Necesito que me hagas un favor con un te quiero ver y busco cualquier excusa para acercarme a vos.
- Seguro te gusta el chocolate con un te presté atención a todo lo que dijiste y te conozco desde el pelo hasta la punta de los pies porque estoy enamorado de vos. NOT! A quién no le gusta el chocolate? Tiró para adivinar y le pegó. A un 99,9% de la gente le gusta el chocolate, no hace falta prestar atención para decir cosas por el estilo.
Interpretamos estas y miles de cosas que, bajo ningún punto de vista quisieron dar a entender.
Varones y mujeres, en algún momento de nuestra vida, nos obsesionamos con alguien y hacemos algunas o todas estas cosas para llegar a la otra persona.
Lo irónico de todo esto es que no conozco ninguna historia que, después de haber pasado por esta etapa, haya terminado en una relación sana y normal. Generalmente cuando el obsesionado consigue su objeto de deseo, lo descarta por no cumplir con todas las expectativas, y todas esas horas de investigación y acercamiento quedan en la lista de boludeces merecedoras de risas y jodas, causadas por un enamoramiento fugaz y pasajero.
Nos encaprichamos con una persona, y somos capaces de mover cielo y tierra para poder pasar unos minutos con él. Podemos hacer el ridículo en frente de todo el mundo, nos rebajamos, inventamos fiestas, llamamos para consultar cualquier cosa y hasta le ofrecemos ayuda en eso que no tenemos idea de cómo se hace. Perdemos el orgullo y la dignidad, pero no por amor, simplemente por una obsesión.
Cuando algo se nos pone en la cabeza, hacemos todo para conseguirlo. Averiguamos lo necesario para usarlo a favor durante las cortas charlas que compartimos. Memorizamos todas sus fotos de facebook para ver qué hace, qué le gusta y cómo es su vida. Investigamos más de mil veces su lista de amigos, a ver si tenemos gente en común y nos tratamos de aprender sus horarios para saber cuando no nos habla porque no tiene ganas o cuando está verdaderamente ocupado.
Nos emocionamos cada vez que logramos algún tipo de contacto insignificante y tratamos de interpretar cada palabra que nos dice. Identificamos y tratamos de decodificar cada cosa que escuchamos, y podemos interpretar un:
- Sos adorable con un te adoro.
- Hoy a la noche no salgo porque mañana tengo que madrugar, con un esta noche quiero ver una peli abrazado con vos.
- Hablamos con un te llamo.
- Necesito que me hagas un favor con un te quiero ver y busco cualquier excusa para acercarme a vos.
- Seguro te gusta el chocolate con un te presté atención a todo lo que dijiste y te conozco desde el pelo hasta la punta de los pies porque estoy enamorado de vos. NOT! A quién no le gusta el chocolate? Tiró para adivinar y le pegó. A un 99,9% de la gente le gusta el chocolate, no hace falta prestar atención para decir cosas por el estilo.
Interpretamos estas y miles de cosas que, bajo ningún punto de vista quisieron dar a entender.
Varones y mujeres, en algún momento de nuestra vida, nos obsesionamos con alguien y hacemos algunas o todas estas cosas para llegar a la otra persona.
Lo irónico de todo esto es que no conozco ninguna historia que, después de haber pasado por esta etapa, haya terminado en una relación sana y normal. Generalmente cuando el obsesionado consigue su objeto de deseo, lo descarta por no cumplir con todas las expectativas, y todas esas horas de investigación y acercamiento quedan en la lista de boludeces merecedoras de risas y jodas, causadas por un enamoramiento fugaz y pasajero.
Nos enamoramos/obsesionamos con la persona o de la idea de esa persona?
GENIAL ese capítulo de friends...
ResponderEliminargenial tu reflección!
yo creo que esa es la esencia del enamoramiento... te enganchás con cualquier cualidad de la otra persona, te obsesionás hasta que lográs conseguir su atención. Pero en cuanto te muestra su primer defecto... CORRES MÁS RAPIDO QUE FLASH!
Y, en mi opinión, nos enamoramos de la idea de esa persona!