No existe tal cosa como la onda de a uno, la onda imaginaria.
Para que haya onda, se necesitan dos. Dos historias, dos partes, dos enteros. Dos personas.
Pero hay veces que uno tarda un poco más en darse cuenta de lo que en verdad pasa.
Es común que dos personas que se llevan bien, pasan mucho tiempo juntos y disfrutan de su compañía mil veces más que la de un chongo o un saliente, tengan un tipo de relación intermedia. No son novios, pero tampoco son amigos.
Entre ellos existe ese no se que, que va y viene según el momento. A veces uno se siente atraído, otras veces no.
Me refiero a esas personas que no te gustan de entrada, sino que después de un tiempo, de salidas, charlas, te empezás a dar cuenta de que podrían ser algo más. Es por esto que las dos partes casi nunca se dan cuenta de esto al mismo tiempo.
En general, una de ellas empieza a sentirse extrañamente a gusto con la compañía del otro, empieza a prestar atención a los detalles, a los mensajes, a las salidas, y se termina preguntando, qué pasa si cruzamos el limite? De a poco empieza a dar el pasito que hace falta para probar si ese no se qué, es o no es algo más que amistad.
Se necesita un cambio, un click.
En mi caso, fue un mensaje que me aclaró todo. Yo fui la última en enterarme de que con él, la amistad quedaba corta. Teníamos algo más. Una noche recibí un mensaje: “en mi fiesta faltás vos.” Y de repente me movió todo, en un segundo entendí que tenía ganas de probar. De la nada tuve ganas de salir corriendo, abrazarlo y darle un beso. Un beso de esos que duran, que solo se los das a las personas con las que tenías muchas ganas guardadas bien adentro, en donde casi ni se veían.
Él no estaba solo en esto, solo que yo no me había dado cuenta de lo que pasaba. Necesité su empujón para ver todo más claro y animarme a probar.
Si sentís onda con alguien, es porque probablemente algo pasa. Por ahí el otro no avanza, no porque no quiera, sino porque no se da la posibilidad de pensar en algo más. Te tiene etiquetado como amigo. Pero también la pasa genial cuando están juntos.
Por eso, si sos el primero en darte cuenta, hacé algo, movéte, ayudálo a dar ese paso. Es difícil encontrar personas que te hagan sentir tan bien, tan a gusto.
Y si no funciona, siempre podemos recurrir a nuestras viejas amigas: la borrachera, la calentura y por supuesto, la soledad.
es tan tan tan para mi esto
ResponderEliminarq asusta
g*
brilliant!
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