lunes, 18 de octubre de 2010

BABY TALK


Mi hermano me regaló tres sobrinos, Gero de 6 años, y un par de mellizos de 3 años, Lolo y Martu. Son las minipersonitas más copadas del mundo, y cuando estoy triste me voy a pasar tiempo con ellos porque tienen el poder de alegrarme el día.

Una tarde mi hermano estaba buscando a Martu por todas partes, cuando de repente la escucha, entra al baño y la encuentra metida adentro del inodoro jugando con el agua que corría, porque había tirado la cadena. Ella es mi preferida. Estamos completamente enamoradas la una de la otra. Podemos pasar horas abrazadas o jugando y siempre me pide que le preste mis pulseras y que le pinte las uñas. Todos dicen que es mi minime, porque imita todo lo que hago.

Ayer estábamos jugando entre todos a la Wii y Lolo desaparece. Voy a buscarlo al baño y lo encuentro tomando agua del inodoro con pajita. Si, como suena. TOMANDO AGUA DEL INODORO CON PAJITA. No logro entender qué fue lo que le tentó del asunto, pero tengo que aceptar que mis hermanos y yo, tardamos más de dos minutos en sacarlo porque casi nos morimos de risa cuando vimos esa situación. Él es un seductor nato, vive llamando la atención y haciéndonos reír. Le encanta ser el centro de las reuniones y me puede cuando dice bailando: es la guitarra de Lolo (al ritmo de Miranda).

Ayer estaba ayudando a Gero con la tarea para el cole, y él me tenía que decir que entendía por recuperar. Me dice que recuperar para él significaba encontrar algo que esté feo o triste y ayudarlo a estar mejor, pintarlo de colores para que sea lindo de nuevo o que esté bien otra vez y me dejó pensando. Él es profundo y me vive enseñando cosas con su ingenuidad y dulzura. Con sus historias, preguntas y razonamientos me da lecciones de vida.

Creo que, oficialmente, soy la tía más babosa del mundo.

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