lunes, 15 de febrero de 2010

PERFECTLY LONELY

Existen series, libros, textos, canciones, blogs, revistas y demás sobre la vida de soltera/o. Todos se concentran en las contras que conlleva no estar en pareja, pero nunca nadie nos cuenta el lado bueno.
En el tiempo que llevo sola aprendí a ser paciente, a no esperar de más, sino a dejar que la vida me sorprenda, porque la vida te sorprende. Cuando estás bien, en un día como todos de repente conocés a alguien que te cambia.

Aprendí que las relaciones pasajeras nos enseñan a valorar la estabilidad, y que para estar en pareja no alcanza el cariño, sino que es necesaria la constancia, aprender a querer lo malo y lo bueno de la otra persona, y que el otro sepa como mirarte. Que no vale la pena aferrarse a relaciones que no funcionan ni van a funcionar y que es necesario conocer a muchas personas antes de poder elegir a una sola. Con algunas personas solamente compartís un momento o dos, te dejan algo y siguen adelante con sus vidas. Son pocos los que llegan para quedarse.

Aprendí que se necesita tiempo para conocerse, saber cuales son nuestros limites, qué nos gusta y que no, para después poder elegir. Estando sola me di cuenta que para estar con alguien más es necesario primero aprender a quererse uno mismo, para permitir que otro pueda quererte. Me amigué conmigo y entendí mis defectos.

Tengo tiempo para meditar y puedo salir a las dos de la mañana con mis amigas sin molestar ni rendirle cuentas a nadie. Cuando estás solo podes estar con tus amigos en cada momento, en cada caída, ayudarlos a levantarse sin perderte ni siquiera un paso. Se generan vínculos diferentes, ya que ellos pasan a ser tu familia, tu compañía de todos los días, tus parejas, tus acompañantes.

Aprendí a manejar el rechazo, la frustración de que las cosas no funcionen siempre como queremos. Que por más que desees algo con todas tus fuerzas, no siempre lo conseguís. Que de lo malo se aprende, y que los golpes a veces son positivos.
Aprendí a reírme de los defectos, de los fracasos y a manejar la libertad. Aprendí a salir corriendo a las 3 am cuando una amiga necesita que la salve con un chico, o a ir al hospital con un amigo y pasarme cinco horas en la guardia hasta que lo atiendan. A entender la angustia que se siente cuando te rompen el corazón, cuando pensamos que nunca más vamos a sentir lo mismo por nadie y nos volvemos cínicos. Aprendí también que eso se supera con el tiempo, con la compañía de tus amigos y con sus risas sanadoras. Que por más fuertes que nos volvamos, va a volver a aparecer alguien que nos ablande otra vez.

Estoy de buen humor casi todo el tiempo y aprendí que cuando me gusta alguien de verdad, digo y hago todo al revés, que puedo ser la más tímida o la más atrevida, dependiendo de mi estado de ánimo.
Aprendí que no estoy sola, sino que tengo amigos incondicionales que están viviendo lo mismo que yo, y gracias a ellos puedo disfrutar de esta etapa, sin perderme nada.
Aprendí a quererme a mi misma, me encontré compartiendo la vida con persona que ni me imaginaba que me iba a acercar y entendí como manejar mis tiempos. Pude viajar todo lo que quise y conocí gente de todas las culturas.

Yo sola estoy muy bien, por eso el día que decida compartir mi vida con alguien va a ser para estar mejor. Pero hasta que llegue ese momento voy a seguir aprendiendo, porque todavía me queda mucho más.

1 comentario:

  1. Muy buen post. Me encanto y me encanta tu soledad.
    "Yo sola estoy muy bien, por eso el día que decida compartir mi vida con alguien va a ser para estar mejor"

    ResponderEliminar