Tengo que reconocer que la vida es muy buena conmigo.
Me llenó de amigos incomparables que están siempre. No somos muchos los que podemos decir, con una sonrisa en la cara, que nos seguimos viendo con nuestro grupo del colegio alrededor de dos y, si tenemos suerte, hasta tres veces por semana.
Comparto mi vida con las mujeres más hermosas del mundo, que me llenan de amor, cenas, salidas y de charlas.
Tengo una familia numerosa y un tanto ruidosa que, a pesar de las diferencias, es completamente unida. Tengo hermanos que me bancan en todas, que me gritan cuando hago algo mal, que me ayudan a reconocer mis méritos cuando veo todo negro, que me dan una mano cuando sola no puedo, y que se ríen compulsivamente de mis historias fallidas de amor. Tengo sobrinos que me aman y papás enamorados extremadamente presentes.
Estoy por terminar una carrera que amé desde un primer momento y que me enseñó a lidiar, de una manera más idónea, con las locuras y obstáculos del mundo adulto. Tuve la suerte de conocer varios profesores que me marcaron, y porqué no, que me cambiaron por completo.
La universidad también me regaló amigos que llegaron a mi vida para quedarse. Ellos se convirtieron en mi soporte diario y en mi motor a la hora de pasar días y noches enteras frente a los libros. Nunca dejaron de ponerle onda a las noches interminables de clase, cuando todos estábamos cansados, con hambre y de mal humor.
Tengo una psicóloga 100% copada que me ayuda a encausar esta mente que muchas veces vuela y se quiere escapar. Pero escribo este blog haciendo catarsis cada vez que puedo, en donde me permito limar sin filtro para compensar mi mente racional. Y los tengo a ustedes, mis lectores y seguidores, que hacen que este lime tenga algún sentido.
Tuve suerte de poder desprenderme de la gente negativa que sólo quería molestar. A pesar de las cosas malas que pasaron y de haberme cruzado con personas que pretendían estorbar, sigo viendo el vaso medio lleno y sonriendo en cada paso del camino. Entiendo que la vida es corta y quiero compartirla con gente de colores, positiva, llena de luz y energía, que me haga reír y que me ayude a ser un poco más feliz de lo que soy.
Me llenó de amigos incomparables que están siempre. No somos muchos los que podemos decir, con una sonrisa en la cara, que nos seguimos viendo con nuestro grupo del colegio alrededor de dos y, si tenemos suerte, hasta tres veces por semana.
Comparto mi vida con las mujeres más hermosas del mundo, que me llenan de amor, cenas, salidas y de charlas.
Tengo una familia numerosa y un tanto ruidosa que, a pesar de las diferencias, es completamente unida. Tengo hermanos que me bancan en todas, que me gritan cuando hago algo mal, que me ayudan a reconocer mis méritos cuando veo todo negro, que me dan una mano cuando sola no puedo, y que se ríen compulsivamente de mis historias fallidas de amor. Tengo sobrinos que me aman y papás enamorados extremadamente presentes.
Estoy por terminar una carrera que amé desde un primer momento y que me enseñó a lidiar, de una manera más idónea, con las locuras y obstáculos del mundo adulto. Tuve la suerte de conocer varios profesores que me marcaron, y porqué no, que me cambiaron por completo.
La universidad también me regaló amigos que llegaron a mi vida para quedarse. Ellos se convirtieron en mi soporte diario y en mi motor a la hora de pasar días y noches enteras frente a los libros. Nunca dejaron de ponerle onda a las noches interminables de clase, cuando todos estábamos cansados, con hambre y de mal humor.
Tengo una psicóloga 100% copada que me ayuda a encausar esta mente que muchas veces vuela y se quiere escapar. Pero escribo este blog haciendo catarsis cada vez que puedo, en donde me permito limar sin filtro para compensar mi mente racional. Y los tengo a ustedes, mis lectores y seguidores, que hacen que este lime tenga algún sentido.
Tuve suerte de poder desprenderme de la gente negativa que sólo quería molestar. A pesar de las cosas malas que pasaron y de haberme cruzado con personas que pretendían estorbar, sigo viendo el vaso medio lleno y sonriendo en cada paso del camino. Entiendo que la vida es corta y quiero compartirla con gente de colores, positiva, llena de luz y energía, que me haga reír y que me ayude a ser un poco más feliz de lo que soy.
Mi año se termina con una sonrisa en la cara, una escapada a la costa, con mucho sol, arena y playa, con la mente limpia de problemas y lista para volver a empezar, con una primera cita que me pone los nervios de punta y con un examen que no va a poder conmigo.
Tengo una vida linda, llena de histerias, de anécdotas y risas, y tengo también una mente complicada pero divertida que, a pesar de los disgustos, me regaló más de mil historias para contar.
Felices fistea Histerias para vos y los tuyos. Que este anio q comienza sea tan bueno como el que se va.
ResponderEliminarSaludos
Qué lindo! Feliz navidad! Yo tengo una mezcla de saudade, pero este año me dio el trabajo que siempre soñe y lo estoy festejando en la playa! Qué más se puede pedir?
ResponderEliminarFelices fiestas para ustedes también!
ResponderEliminarFestejemos lo bueno y lo malo en donde más nos guste y con los que más queremos!
Que el año que empieza, va a ser mucho mejor!