jueves, 13 de mayo de 2010

CUANDO TU AMIGO TE DEJA EN BANDA...

Primera cita con un chico.

Me pasa a buscar a eso de las 11 y me lleva a un bar. Yo pido un mojito, él una cerveza. Desde el principio pudimos hablar de cualquier cosa. Parecía como si nos conociéramos hace años. Me contaba sus historias de cuando era chico, de sus amigos, de sus miedos, y hasta me contó qué fue lo que pasó con su ex novia y cómo murió la mamá. Toda la información que morimos por saber y nunca logramos encontrar, yo la tenía ahí, sobre la mesa, en la primera cita.

Todo era genial. Por momentos no podía creer lo que escuchaba. Por su forma de hablar se notaba que era inteligente, buena persona, que tenia principio y hasta compartíamos valores. Cuántas veces pasa de estar en una cita y pasarla tan bien?

Hablamos hasta que cerraron el bar. Eran las 6 am, pero ninguno quería que la salida terminara. Nos quedamos paseando en su auto y seguimos hablando una hora y media más. En la puerta de mi casa, como todo un caballero, me dio un beso. Fue dulce.

Mensaje va, mensaje viene, volvimos a salir pocos días después. Era muy pronto, pero dadas las circunstancias lo invité a tomar un vino y a comer el postre a mi casa. Música de fondo, cosas ricas y un buen vino blanco cosecha tardía sobre la mesa.

Pasaban las horas y los temas de charla no se agotaban. Volvió a contarme toda la historia de su novia (en detalle), que ya no era tan divertida como la primera vez, porque ya la sabía. Pasaban las horas y no se acercaba, seguía sentado a dos metros de distancia. Volvía a contarme de la novia, hasta que decidí acercarme. No podía seguir lejos suyo ni un minuto más. La primera cita había sido increíble, el me encantaba, y pensé que era una buena idea callarlo con un beso. Me acerqué y le se lo di.

Empezamos a juguetear en el sillón, hasta que la cosa se puso hot y nos fuimos para el cuarto. Nos sacamos la ropa de a poco, mientras metíamos mano por todas partes.

Llegamos a la cama, nos acostamos, y ahí fue cuando me di cuenta que la cosa no funcionaba. Literalmente NOFUNCIONABA. Estaba ahí, blandita, cagándose de la risa en mi cara. Lo abracé, y decidí ser buena onda. Después de todo era un momento difícil para los dos. Me tapé y empecé a charlar para cambiar un poco el ambiente.

Pero él volvió a hablar de la ex novia, que no pensó que le iba a afectar tanto, que estaba inseguro, que se puso nervioso, que le costaba estar con otra, que tenía miedo que yo lo desilusionara y lo dejara y no funcionara, iara iara iara…

En ese momento me dieron ganas de hacerlo desaparecer. Que se esfumara y hacer de cuenta que no pasó nada. No podía tenerlo cerca ni un minuto más. Sentí rechazo, vergüenza, enojo, desprecio. Él no se iba, seguía hablando, nervioso. Me abrazaba y quería quedarse a dormir. Yo me hacía la dormida para no seguir una conversación que no tenía ni un poco de ganas de tener.

Le dije que me tenía que levantar temprano y se fue.

Tres días después me invitó al cine. Si le decía que no, iba a resultar obvio que era porque su amigo fue un garca que lo dejó en banda en la mitad del partido, y yo había quedado asqueada después de eso. Si fuimos tan buenos afuera de la cama, porque no intentarlo una vez más?

Me pasa a buscar a las 6 de la tarde de un miércoles. En seguida me empieza a hablar de la ropa que quería. Me contó que se quería comprar un saco de mil pesos, una camisa de dos mil, una campera de mil quinientos, y bla bla bla. Todo el trayecto hacia el cine me habló de plata. Yo guardaba silencio y asentía con la cabeza. Estaba nervioso, y tenía que ganar puntos de alguna manera. Seguro pensó que eso iba a causar una buena impresión. Lo dejé pasar, nadie es perfecto.

Llegamos al cine y hasta que se hiciera la hora de ver la película fuimos a tomar algo. Yo me pedí un café, el una cerveza. En el fondo pensé que quizás era mejor. La primera cita había sido tan buena que por ahí, con un poquito de alcohol podíamos solucionar las cosas, y recuperar esa química que claramente habíamos perdido en la cama.

Ese fue el momento que me empezó a contar otra vez la historia de la ex. De nuevo empezó a contarme porque cortaron, lo mal que se sentía, qué le había molestado y todos los buenos recuerdos que le dejó.

Ahora bien, que se piensa? que yo soy pelotuda? que no lo escuché la primera y la segunda vez que me lo contó, que decide volver a relatarme paso a paso qué fue lo que pasó con esta minita?!

Yo soy buena, me puedo bancar que no se le pare una vez, pero que me venga a limar con mambos de su ex una y otra vez… NO NO NO! Soy tu cita, no tu psicóloga ni tu amiga!

Después de ese día, empecé a no atender mi teléfono y a no recibir mágicamente sus mensajes de texto. Amigos tengo de sobra. Uno más, no gracias!

5 comentarios:

  1. jajajajajaj ME MUERO! que bajon!

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  2. jajaja por qué no le dijiste eso!:

    "escuché la primera y la segunda vez que me lo contó, que decide volver a relatarme paso a paso qué fue lo que pasó con esta minita!Soy tu cita, no tu psicóloga ni tu amiga!
    -en vez de ignorarlo, digo... me da cosita-

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  3. no no no!
    que bajooooooooooooooon...
    el flaco se debe querer matar, y como hombre te digo... si te agarra otra vez, te mata!

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  4. Nadie es perfectoooo nadie es perfectoooo a cara de pipa la verdad es que le gano la gravedaaaad !!

    Y bueno... son cosas que pasannn.... lo del amigo.... puede ser circunstancial, yo no tomaria una decision basandome en eso solamente (ademas.... si tenes un poco de experiencia sabes como revivir un muerto no ????).... lo de la ex..... SIN PALABRAS !!! NEXXXT !! ----->

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  5. Mi amigo me dejó en banda una vez, son cosas que pasan.

    por suerte no tengo exnovias

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