Ya para este punto de mi vida debería saber que anotarme en la clase de spinning de las 8 y media de la mañana porque “así me lo saco de encima y después aprovecho la mañana y hago cosas útiles” es una buena idea sólo hasta el día en el que DE HECHO tengo que levantarme para ir a la clase.
Hay ciertas cosas que uno no puede cambiar y debería desistir de intentarlo. En mi caso, levantarme temprano es una de ellas.
Brindo por despertarnos por nosotros mismos, porque ya no tenemos mas sueño, a la hora que sea y sin alarmas ni despertadores que nos perforen el cerebro.
Y si cuando nos despertamos tenemos al lado un bombón parecido al doctor Karev de Grey’s Anatomy, mejor todavía!
Amén
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