lunes, 15 de noviembre de 2010

MENTIR O NO MENTIR, ESA ES LA CUESTIÓN

Una de mis amigas en la cena de ayer, contó que tiene un problema: su novio se enoja cuando sale y vuelve tarde, cuando está en una fiesta en donde hay gente que fuma porro y cuando se cruzan por la vida con gente que ella estuvo.

La realidad es que en la mayoría de las fiestas se fuma porro, a veces vuelve tarde porque está bancando a alguna de las chicas mientras se levanta al chico que quiere o porque se está divirtiendo sanamente, y definitivamente no puede cambiar el hecho de haber estado con la gente que ya estuvo.

Es el único problema que surge entre ellos, y no tiene nada que ver con la relación. Se aman y se llevan bárbaro hace ya un año.

Es evidente que tienen criterios diferentes para estos temas y ninguno quiere ceder su posición. Ella es más liberal y él es super conservador.

Se presenta un dilema: por un lado ella no puede controlar que se fume porro, a veces volver más tarde de lo esperado se le va de las manos y definitivamente el pasado es como es. Nada de esto afecta de una manera trascendente el cariño que siente por él y su fidelidad. Por otro lado, él no puede controlar sentirse así y dejó en claro que no va a ceder.

En estos casos: mentir o no mentir, esa es la cuestión.

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